viernes, 25 de junio de 2010

Características del Género Dramático

La característica fundamental de las obras que están comprendidas dentro del género dramático es que han sido escritas para ser representadas. El receptor va comprendiendo los conflictos y la historia a través de lo que dicen los personajes y por medio de las acciones que éstos realizan. Por ello, en este tipo de género lo esencial se muestra a través del diálogo y las relaciones que se establecen entre los personajes creados
por el autor.
Cuando se habla de género dramático, es necesario distinguir dos elementos bien diferenciados: el texto dramático, que es el texto literario que se escribió para ser representado y el hecho teatral, que es la puesta en escena de ese texto en una sala, donde intervienen el director, los actores, el público, los accesorios escénicos (decorados, iluminación, vestuario, maquinarias, etc.)
Desde el punto de vista de la literatura, nos interesa el texto dramático que es el que sirve de base para el hecho teatral.
El autor de un texto dramático tiene un doble propósito: escribir para que ese texto sea leído y también para que sea representado en una obra de teatro.
Por eso se pueden distinguir: un texto primario que está formado por las palabras de los personajes, lo que los espectadores escucharían al momento de presenciar la representación (lo que dicen los personajes está expresado a través de diálogos, ya que éste es el procedimiento dramático por excelencia); y un texto secundario, que está formado por todas las indicaciones que el autor da acerca de la escenografía, el vestuario, los gestos y acciones de los personajes, cuándo y cómo entran y salen de las escenas, el tono de las voces, etc. Estas aclaraciones se llaman acotaciones y son sumamente importantes para el director que decide convertir un texto dramático en un hecho teatral.
Las obras dramáticas más frecuentes son la comedia, la tragedia, el drama, la tragicomedia, el sainete, etc.